La frase del titular es de Manuel Tenorio, un vendedor ambulante de paletas conocido en todos los escenarios deportivos de la ciudad de Cartagena. Este martes, en el primer partido de los Tigres de Cartagena en el Once de Noviembre esta temporada, llevó 150 paletas y las vendió todas antes de que empezara el juego. Y esa frase es, para nosotros, la mejor definición del inusitado ambiente beisbolero que vivió La Heroica en la noche de este martes.
La voz de playball se cantó a las 7:35 de la noche. A esa hora, el templo de la pelota caliente en Colombia estaba lleno, pero el público seguía entrando a mares. No había parqueaderos disponibles en la unidad deportiva, no había donde dejar una moto. Parecía la prolongación de las Fiestas de la Independencia, el ambiente era similar al de un gozón barrial… aunque sin buscapiés.
Hace mucho, pero mucho tiempo, el estadio Once de Noviembre no tenía ese ambiente para un partido de pelota profesional. Nadie quería perderse el estreno de los nuevos Tigres: funcionarios públicos, políticos en campaña, artistas, influencers, largartos, gente del común. Todo el mundo estaba en el parque de pelota.
«Es mi primera vez viendo un partido profesional, con jugadores de grandes ligas, es bacano que esta sea mi primera vez, siento una gran emoción. Yo dije en mi casa que quería venir, que me tenían que traer», nos dijo Kymani Florez, el joven artista urbano, sobrino de Kevin Flórez, uno de los miles de asistentes al estadio.
Todos los testimonios y el ambiente del estadio se pueden ver en esta transmisión realizada por PrimerTiempo.CO desde el Once de Noviembre al inicio del partido de este martes
«Estoy recordando la época de los grandes partidos entre Conastil y Colpuertos, la época de los Indios. He quedado admirado, yo no pensé encontrar el estadio así de lleno, con este ambiente, esto está reviviendo y hay que seguir dándole la mano al béisbol colombiano», contó César Navarro, aficionado que retornó al escenario, junto a su esposa, su hijo y su nieta.
«Hace mucho tiempo que no veía este estadio aquí, el béisbol de Cartagena había perdido protagonismo. Esta es una tierra ganadora, y nos armaban equipos de relleno, perdedores. La gente no es boba, la gente no venía al estadio, era decepcionante venir al estadio y contar las personas con los dedos de la mano. Pero aquí se demuestra que hay afición, que es lo más difícil de tener en el béisbol. Esto que estamos viendo es un indicador de que la afición del béisbol está viva, lo que se necesita es armar un equipo ganador», analizó el periodista deportivo Rafael Ruíz.
Tigres y Caimanes se molieron a batazos, pero ganaron los barranquilleros
«Tenía años que no venía al estadio, este equipo está trayendo gente. ¿Sabes por qué está lleno hoy? Porque Tigres se atrevió a traer a los grandes ligas a jugar en su tierra. Yo tengo 53 años y vengo desde los seis al estadio con mi papá. Nuestro béisbol siempre ha sido bueno, pero la mayoría de las empresas les dieron la espalda a este deporte. El béisbol es demasiado bonito», expresó Javier Martínez, otro aficionado.
El partido se acabó pasada la medianoche, y el público se quedó hasta el final, aplaudiendo el gran espectáculo que dieron ambas novenas. El comentario generalizado en la ciudad este miércoles es «¿y cuándo vuelven a jugar los Tigres?». Hace mucho la ciudad de Cartagena está ávida de triunfos deportivos, de un equipo que genere identidad y exalte el sentimiento de cartageneidad.
En el fútbol, lamentablemente, las pésimas dirigencias han hecho que el aficionado se aleje cada vez más del Jaime Morón León. Pero en el béisbol, la expectativa creada por los Tigres de Cartagena, han hecho que la afición de la pelota en la ciudad se levante y diga que está viva.
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