El MLB Speedway Classic, celebrado por primera vez en Tennessee en el Bristol Motor Speedway, atrajo a más de 85.000 aficionados y rompió el récord de asistencia para un juego de temporada regular en Grandes Ligas.
El partido entre los Atlanta Braves y los Cincinnati Reds fue suspendido por lluvia tras apenas cuatro outs; el marcador estaba 1-0 a favor de los Reds. El juego se reanudará el domingo a la 1:00 p.m. hora del Este (12:00 del mediodía en Colombia).
La MLB transformó el icónico circuito de NASCAR en un estadio de béisbol temporal, instalando 11.500 m² de césped sintético y usando unas 16.300 toneladas de grava para nivelar el terreno. Las dimensiones del campo fueron adaptadas: 100 metros por las líneas de foul, 122 al jardín central y entre 114 y 117 metros en los callejones. Ambos equipos lucieron uniformes inspirados en el automovilismo.
El juego comenzó con más de dos horas de retraso por condiciones climáticas. En la parte baja de la primera entrada, sencillos de Matt McLain, Elly De La Cruz y Austin Hays le dieron ventaja a Cincinnati. El novato Chase Burns, oriundo de Tennessee, ponchó a dos rivales en su debut. Por Atlanta abrió Spencer Strider, nacido en Knoxville.
El evento fue pensado como un festival deportivo: hubo conciertos de Tim McGraw, Pitbull y Jake Owen, una rueda de la fortuna y zonas interactivas. Fox desplegó una producción con 40 cámaras, drones y transmisión en calidad HDR. Se instalaron camerinos móviles, zonas VIP en el centro de la pista y estructuras para albergar a más de 85.000 personas, todo sobre una pista de carreras.
La reanudación está programada para este domingo con el juego detenido en la primera entrada, un out, corredores en primera y segunda, y los Reds al bate. Más allá del resultado, la cita ya quedó marcada como una experiencia única en la historia del béisbol profesional.