«El cuchilla» y «El zorro», la sonrisa de Cartagena

PrimerTiempo.CO
7 min de lectura
Foto: PrimerTiempo.CO

Por: John Capella – Especial para Cultura

Jairo García Velásquez y a Edelberto Geles Berrio, dos sabios del humor, fueron mejor conocidos como Jairo «El Zorro» y «El Cuchilla» Geles. A los dos los conocí personalmente y tuve el placer de departir en más de una oportunidad con ellos, sobre todo con «El cuchilla», quien en más de una ocasión terminó bebiendo cerveza por los campos de sóftbol de Canapote y Santa Rita, y contándole sus chistes a la muchachada del equipo «Los Pitufos» en donde uno de sus hermanos fue lanzador en un campeonato.

«El Zorro» prácticamente inició su recorrido que lo llevaría a la televisión de la mano de otro humorista desaparecido conocido como «El Oye», un tipo chistoso pero a la vez malgeniado proveniente de Antioquia o el pacifico colombiano, que se instaló en Cartagena y fue de los primeros que le sacó provecho al humor callejero. «El Oye» murió victima de una certera puñalada al corazón que le fuera propinada cualquier día durante una discusión que inició en el Camellón de los Mártires y terminó en el Muelle de los Pegasos, sitió en donde quedó el cadáver.

«El Zorro» tuvo éxito en televisión, en programas como «Cheverísimo» y «La Barra». Foto tomada de Youtube.

Jairo García tomó de «El Oye» esa especie de muletilla que le diera el nombre a su colega y la convirtió en un grito más refinado que fuera utilizado para iniciar sus chistes. Algo así como «oye… cómo les parece a todos ustedes», y seguidamente iniciaba su graciosa perorata, adobada con sonidos de toda índole, gestos grotescos y cualquier cantidad de vulgaridades que hacían reír al más serio.

Poco a poco «El zorro» se fue afianzando con su particular estilo, y se adueñó del parque del Centenario y El Camellón de los Mártires, lugares estos donde compartió espacio con otro grande como «El cuchilla» Geles y una especie de novato llamado Édgar Martínez Julio, que recién aparecía en la palestra, y que con la muerte de sus dos compañeros de lucha, se ha constituido en el rey de la plaza.

Cuando «El zorro» fue ampliando sus dichos le adicionó otra particular expresión a su grito de batalla: «¡Oye, vamos pa’ lante y vamos pa´lante. Uso carruso uso, uso carruso usoooo!». Esta última expresión serviría para bautizar al novato Martínez Julio, «El uso carruso».

El éxito de «El zorro» en Cartagena fue tal que le valió para ser contratado en emisoras de FM para referir sus chistes menos pasados de tono, y hacer las delicias de los oyentes. Pero la ciudad se le quedó pequeña y emigró con su humor a la vecina Barranquilla, donde lo vimos incursionando en el programa «Cheverísimo» del canal regional Telecaribe, donde inicialmente hacía una sección en solitario y con el tiempo se unió al elenco para interpretar chistes actuados en compañía de «Cara’e perro», Lencho de las Mercedes y Arredondo, Mingo Martínez y demás integrantes de la plantilla del programa.

A «El zorro» tuvimos luego la oportunidad de verlo en «La Barra», pero de un momento a otro desapareció del panorama y no volvimos a saber de él, hasta el día en que conocimos la triste noticia de su muerte a la edad de 45 años en el barrio Fredonia, de la ciudad de Cartagena.

García luchó por algún tiempo contra una penosa enfermedad, y en medio de precarias condiciones económicas, falleció en la clínica Laura Carolina, víctima de un infarto. Paradójicamente, aquel que tanto hizo reír, falleció de manera triste y en la más absoluta pobreza.

Otro tanto le ocurrió a Edelberto Geles Berrío quien, como el vallenato interpretado por el también extinto Lucho Cuadro, se fue «muriendo lentamente», victima de una cirrosis hepática que le fue minando las fuerzas y le quitó la vida a la edad de 47 años.

«El Cuchilla» Geles concentraba a cientos de cartageneros en el Camellón de los Mártires, y El Muelle de Los Pegasos. Foto tomada de Youtube.

47 años que parecieron muchos más, debido a los muchos excesos que tuvo: a la par de su vida de humorista llevaba una existencia bohemia en donde predominaba la noche y el alcohol, a un ritmo y en una explosiva combinación, de la que muy pocos logran salvarse.

«El cuchilla» era inigualable. Su forma de contar chistes era irrepetible. Utilizaba unos cambios de voz particulares que no se sabían si eran adrede, o producto del desgaste de sus cuerdas vocales. Poseía un léxico bastante fluido, pero al final «lo dañaba» con un sin numero de vulgaridades de grueso calibre, el detonante de las risas de sus fanáticos.

En alguna ocasión le preguntamos sobre el origen de su apodo y nos contó que fue boxeador, que perdió casi todas sus peleas, pero que cortó a más de un rival, y de allí se derivó el remoquete que lo acompañó hasta sus últimos días.

https://www.youtube.com/watch?v=7aJbI4WQkLs

La frase de combate de «El cuchilla» era aquella que decía «sisaya. pero cayeye», y que quería representar una especie de afirmación. Este humorista, con letras mayúsculas, fue un sabio del humor, y pudo haber sido grande entre los grandes, pero la noche y los excesos lo fueron menguando poco a poco, a este hombre que nos alegró la vida, y que supo sacarle una sonrisa a todos aquellos que alguna vez nos detuvimos a escucharlo.

Así como «El zorro» y «El cuchilla», han muerto muchos de los personajes de nuestra ciudad, en una especie de cruel e injusto abandono. Y aunque ya han partido de este mundo, nunca está de más rendirles un merecido homenaje. Hoy, «El cuchilla» tiene como homenaje un mural en el parque Pescamar del Centro Histórico, frente a la estación Centro de Transcaribe.

WhatsApp Únete a nuestro canal de alertas en WhatsApp

Comparte esta noticias
Seguir:
El primer medio digital de deportes de Cartagena y Bolívar.