[Flashback] El día que Mohamed Salah jugó en el Jaime Morón de Cartagena

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Foto: Getty Images

Este martes, en Anfield Road, el egipcio Mohammed Salah se exhibió con un par de goles, y dos asistencias, para el triunfo del Liverpool ante la Roma, en semifinales de Champions. El mundo se inclinó ante el juego del que, hoy por hoy, es el jugador del momento en el fútbol internacional.

Lo que pocos recuerdan es que este flaco, de barba, jugó hace siete años en la grama del estadio Jaime Morón León de Cartagena de Indias, en la Copa Mundo sub-20 que organizó Colombia. El egipcio fue uno de los protagonistas del duelo entre Egipto y Austria, válido por la jornada tres del grupo E (del que también hacían parte Brasil y Panamá), que se disputó el 4 de agosto de 2011 en el nido amarillo, con la asistencia de 16.042 espectadores.

El de egipcios y austríacos fue el tercer partido de los cinco que se disputaron durante la Copa del Mundo en Cartagena, y el primero con goles: el 29 de julio, Panamá y Austria se habían estrenado con un infumable 0-0. Y el mismo 4 de agosto, como antesala de Egipto-Austria, Inglaterra empató también sin goles ante México.

Dos entrenamientos tuvo esa selección de Egipto en la ciudad antes del partido contra los austríacos: el 2 de agosto llegaron y conocieron el Jaime Morón; y el 3, se fueron hasta Bayunca a entrenar en la cancha de Takurica.

El día del juego, la boleta más costosa para el doblete valía 74 mil pesos en occidental alta. La más barata, 16 mil pesos en norte y sur. Los egipcios formaron con Ahmed Elshenawi, Hassan Yeth, Emir Dilaver, Ayman Ashraf, Ahmed Hegazi, Mohamed Sobhi, Mohamed Yassin, Mohamed El Neney, Mohamed Eghazi, Mohamed Ibrahim Salah y Mohamed Soliman.

Foto: El País de Cali.

El técnico de esa selección era El Sayed Diaa: el mismo que el día anterior, en rueda de prensa, se fundió en un abrazo con el periodista deportivo Eugenio Baena Calvo, en un momento anecdótico de la Copa del Mundo.

Austria, entre tanto, paró en la cancha a Samuel Radlinger, Emir Dilaver, Patrick Farkas, Lukas Rath, Lukas Rotpuller, Michael Schimpelsberger, Tobias Kainz, Christian Klem, Daniel Schuetz, Aly Fathy y Andreas Weimann. El técnico fue Robert Zulj.

Los egipcios se impusieron cuatro goles por cero ante un Austria claramente inferior, clasificándose así a los octavos de final. Mohamed Ibrahim anotó tres de los cuatro tantos con los que Egipto selló su clasificación a la segunda ronda del Mundial.

Y el jugador del Liverpool, Mohamed Salah, hizo un gran partido en el estadio de Cartagena: «mostró una gran condición técnica, se pegó la pelota al guayo, dribló, jugó en corto, en largo y cargó con el peso del ataque de un Egipto que gustó con su fútbol», afirma una crónica de ese día del diario El País.

«Ibrahim y Salah, comandaban el ataque egipcio, que con el transcurrir de los minutos impuso un juego dinámico en el Jaime Morón. Los cartageneros ovacionaron a Egipto al finalizar los 90 minutos, pues ofrecieron el mejor espectáculo futbolístico de este mundial en la Heroica: un equipo organizado tácticamente, inteligente para desdoblarse en ataque y defensa, y con personalidad para tirar lujos», escribió el periodista Carlos Barrios para El Tiempo esa noche.

Al final del juego, a Mohamed le dio tiempo inclusive de darle un regalo a una aficionada que, seguramente, hoy tendrá mucho valor. Una rubia de mediana estatura, que se robaba las miradas de los señores, lo llamó insistentemente desde la primera fila. El egipcio se acercó y ella, emocionada, le pidió un recuerdo. Salah le entregó la sudada camiseta roja número doce, que acababa de quitarse, y la rubia la guardó como un preciado tesoro.

Colofón: Si usted es la rubia que se llevó la camiseta de Salah, o la conoce, no dude en contactarnos. Queremos conocer su lado de la historia.

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