El 31 de mayo de 1989, Atlético Nacional se coronó campeón de la Copa Libertadores, marcando un hito al ser el primer equipo colombiano en lograr este título continental.
Bajo la dirección de Francisco Maturana, el equipo antioqueño, compuesto exclusivamente por jugadores colombianos, enfrentó en la final a Olimpia de Paraguay. Tras perder 2-0 en el partido de ida en Asunción, Nacional igualó la serie con una victoria 2-0 en el Estadio El Campín de Bogotá, gracias a un autogol de Fidel Miño y un tanto de Albeiro Usuriaga. La definición por penales fue dramática: después de 18 cobros, Leonel Álvarez convirtió el penal decisivo, sellando el 5-4 final.
Este triunfo fue el primer título internacional para un club colombiano, y también fue un momento de unidad y orgullo nacional en medio de tiempos difíciles para el país. La gesta de los “puros criollos” inspiró a futuras generaciones y le abrió las puertas a Atlético Nacional como un referente del fútbol sudamericano.