Boca Juniors se despidió del Mundial de Clubes 2025 con un empate 1-1 frente a Auckland City, un equipo semiprofesional de Nueva Zelanda, en un cierre de grupo que resultó tan bochornoso como insólito. El conjunto argentino necesitaba ganar y esperar una derrota de Benfica ante Bayern Múnich, pero nada de eso ocurrió: ni logró su objetivo ni lo favoreció el resultado en el otro partido.
El equipo dirigido por Miguel Ángel Russo se puso en ventaja al minuto 26 tras un blooper del arquero Nathan Garrow, que terminó marcando en contra. Sin embargo, el conjunto oceánico, integrado por jugadores amateurs como profesores, estudiantes y empleados de oficina, igualó a los 52 minutos con un cabezazo de Christian Gray, un profesor de educación física que se volvió héroe nacional en Nueva Zelanda.
El encuentro estuvo demorado cerca de 50 minutos por una tormenta eléctrica, lo que añadió dramatismo a un duelo que terminó en papelón para Boca. En el otro partido del Grupo C, Benfica sorprendió al vencer 1-0 a Bayern Múnich, resultado que aseguró su clasificación con siete puntos.
Bayern, que llegaba como líder, quedó segundo con seis, mientras que Boca quedó tercero con apenas dos unidades, sin haber ganado un solo partido. Auckland, con su histórico empate, sumó su único punto y terminó último.
La eliminación provocó un fuerte impacto en el entorno xeneize. Cavani reconoció que “el equipo no tuvo respiro” y Russo admitió que la imagen “no fue buena”. Para Auckland, en cambio, el empate fue celebrado como una hazaña. “Es un momento que jamás olvidaremos”, dijo Gray, mientras la prensa neozelandesa calificaba la actuación como “heroica” y “remarkable”.