Luis Felipe Posso es un reconocido empresario vallecaucano, representante de futbolistas internacionales y atletas de fondo. Hoy es conocido por ser el agente del volante cartagenero del Zenit de San Petesburgo y la Selección Colombia, Wilmar Barrios, pero en su carrera figuran campeones del mundo y olímpicos de atletismo, entre otras figuras.
Posso lleva 26 años apostándole a los futbolistas de Cartagena y Bolívar, desde que empezó a patrocinar en 1996 a Cyclones, proyecto al que bautizó en honor a un equipo del que era propietario en Estados Unidos. De allí han surgido, entre otros, futbolistas como Juan Pablo Pino, Ricardo Laborde, Christian Marrugo, Juergen Elitim, además de ‘Wilmita’.
Para Posso, en Cartagena no hay solo buenos futbolistas: «aquí hay un buen biotipo para practicar cualquier deporte, solo necesitan a alguien que les dé la oportunidad, como nosotros lo hemos venido haciendo hace 26 años con Cyclones, y ahora acompañando a la Fundación Wilmar Barrios», cuenta.
Posso era un atleta que soñaba con competir en los Juegos Olímpicos y, una vez terminó el colegio, emigró a Nueva York buscando una beca deportiva que se lo permitiera. Sin embargo, no fue fácil, y empezó a estudiar inglés a la par que trabajaba pintando apartamentos. Con lo que ganaba trabajando, se costeó sus estudios y comenzó a ser voluntario del New York Road Runners Club, reconocido club atlético que organiza la NYC Marathon.
«Allí conocí a muchos atletas de América Latina, a los que empecé a servirles como traductor. Luego llegó Silvio Salazar, atleta colombiano de la época, y me ofreció el 10% de sus ganancias por ser su representante. Acepté sin cobrarle, pero cuando empezaron a llegar otros atletas de todo el mundo, sí empecé a cobrar el 10%, y a los pocos años era el agente de los mejores atletas de treinta países, y cumplí mi sueño de ir a los Juegos Olímpicos, aunque no como deportista, sino como representante de campeones y medallistas: he ido a los últimos ocho Juegos», relata a PrimerTiempo.CO.
Con sus ganancias, compró un equipo de segunda división en Estados Unidos, los Tampa Bay Cyclons, cuyo entrenador era José Iber Gruesso (QEPD), extécnico de Real Cartagena. «Gruesso me dijo que un amigo suyo, José de los Santos Romero, quería que yo patrocinara su escuela de fútbol en Cartagena. Vine de vacaciones a la ciudad, llegaron con Romero todos los jugadores y los padres de familia, y acepté, con la condición de que el equipo debía llevar los colores negro y blanco y llamares Cyclones, como los Tampa Bay Cyclons», afirma.
Y han pasado 26 años en que gracias a su fundación, en Cyclones de Cartagena niños de la ciudad pueden practicar un deporte sin tener que pagar pasajes, uniformes ni mensualidades, algo que ahora replica la Fundación Wilmar Barrios, a la que acompaña por ser el representante del mediocampista.
«Los jugadores cartageneros son rápidos, son técnicos, tienen el juego de la calle que es importante, y por eso en el fútbol colombiano vemos cartageneros en varios equipos», apunta Posso, quien dice que el fútbol de Bolívar vive un gran momento, pero que trae una preocupación.
«Los futbolistas se están yendo de la ciudad muy jóvenes, los padres los están mandado a crecer en circunstancias difíciles lejos de casa a los diez, once, doce años. Creo que no es el camino, el niño debe estar en su casa, en su entorno, hasta los catorce años, y eso es lo que tratamos de hacer con Cyclones», explica.
Posso dejó de lado la representación de futbolistas que no hayan salido de Cyclones: solo se dedica a manejera a los jugadores que salen de esta escuela hacia el fútbol profesional, una vez terminan su proceso formativo. También es agente de atletas, entre ellos, la deportista olímpica cartagenera Muriel Coneo.
«Hay que aportarle al deportista de Cartagena, hay talento para todo, hemos tenido basquetbolistas, beisbolistas, atletas, no solo futbolistas. Aquí hay talento para sacar campeones mundiales y olímpicos, pero necesitan el apoyo», concluye Posso.