El Santiago Bernabéu vivió una jornada inolvidable con la emotiva despedida de Luka Modric, quien tras 13 temporadas y 28 títulos, disputó su último partido como local con la camiseta del Real Madrid.
El encuentro frente a la Real Sociedad, correspondiente a la última jornada de LaLiga, fue el escenario perfecto para rendir homenaje al balón de oro 2018. Desde el inicio, el estadio se vistió de gala con pancartas y tifos dedicados a Modric, mientras la afición coreaba su nombre en cada intervención.
En el minuto 85, Modric fue sustituido y recibió una ovación ensordecedora. Sus compañeros y los jugadores rivales formaron un pasillo de honor, y Toni Kroos, retirado la temporada anterior, bajó al campo para abrazarlo, en un gesto que emocionó a todos el madridismo.
Tras el pitazo final, se llevó a cabo un homenaje en el que Modric, visiblemente emocionado, agradeció al club, a sus compañeros y a la afición por el apoyo incondicional durante su trayectoria. “Ha sido un viaje largo y maravilloso”, expresó entre lágrimas, y concluyó con una frase que quedará en la memoria de los madridistas: “No llores porque terminó, sonríe porque sucedió” .
Con 591 partidos disputados y 43 goles anotados, Modric se despide como el jugador más laureado en la historia del club blanco. Aunque su futuro aún no está definido, se especula con la posibilidad de que continúe su carrera en el Inter Miami de cara al Mundial de Clubes.
La emotiva despedida de Modric marca el fin de una era en el Real Madrid, dejando un legado imborrable de talento, compromiso y humildad que será recordado por generaciones.