“Desde Cartagena hasta Croacia”. Así podría resumirse la historia de Robin González, un futbolista cartagenero nacido en el barrio Olaya que hoy deja huella en Croacia. Comenzó su camino en Bechara FC, un equipo aficionado de Medellín, donde tuvo sus primeras oportunidades. Pasó por clubes como Santa Fe, Orsomarso y Fortaleza, donde tuvo su mejor momento hasta que una lesión lo dejó fuera en 2019. Un año después, en enero de 2020, llegó la oportunidad de viajar a Europa: Croacia sería su nuevo destino.
La pandemia no detuvo su progreso. Ya con 21 años, firmó con el club Ucobar y aunque la pandemia por el COVID-19 frenó todo, Robin resistió, pasó seis meses encerrado lejos de su familia, pero cuando volvió el fútbol, regresó con más fuerza. En tercera división fue campeón, subió a segunda y fue elegido mejor jugador. Luego, ya en segunda, vivió dos temporadas más y nuevamente se consagró como el mejor centrocampista y campeón. “Gracias a Dios me llevo recuerdos bonitos de todo esto”, dice con humildad.
González participó en 30 partidos, anotó 4 goles, recibió 4 tarjetas amarillas y repartió 7 asistencias en la presente temporada.
Ahora va por más. Con el club HNK Ucobar, ya está en la máxima categoría del fútbol croata y sueña con jugar su primer partido como profesional en primera. “Estoy feliz, motivado y con muchas ganas de debutar. Quiero enfrentarme con equipos de primera como el Dinamo, el Hajduk, Osijek, etc. Robin, que hoy representa con orgullo a su tierra, agradece a Dios por que gracias a ese gran paso a primera división, pudo llevar a su familia a Croacia para vivir el sueño juntos, esperando hacer historia en el fútbol europeo.