Por: Luis Fernando Anaya – Especial para PrimerTiempo.CO
La primera vez que supe de Stellan Danielsson (Gotemburgo, Suecia. 1947) fue gracias al pionero de los bloggers deportivos en Cartagena, el abogado John Capella. Acucioso, descubrió un comentario de Danielsson en la web de El Universal, que pasó inadvertido para el resto del mundo: decía que había sido el primer jugador en marcar un gol con Real Cartagena. Investigó, buscó en redes sociales, y lo encontró. Confirmó la historia y la dio a conocer al mundo en su blog.
Días después logré contactar a Daniellson y lo entrevisté vía Skype en 2010, para la emisora de la Universidad de Cartagena. Fue un diálogo corto, donde contaba la historia de ese primer gol, anotado el 31 de enero de 1971 en el entonces Pedro de Heredia, en un partido amistoso que terminó 1-1 ante Junior de Barranquilla. En 2016, tuve la oportunidad de publicar la historia -con base en esa entrevista- en el diario El Heraldo. Pero hablar frente a frente con Daniellson era algo que nos debíamos.
El sueco había estado en Cartagena, después de aquel gol, en 1989, en 1993, y en un fugaz paso a bordo de un crucero en 2017. Dice estar enamorado de La Heroica. Nos saludamos como dos amigos, y nos sentamos a charlar de esta increíble historia, que aún hoy muy poca gente conoce. Y le hice un regalo que hizo brillar sus ojos: en nombre de todos los hinchas de Real Cartagena, en nombre de toda la gente que quiere este equipo, humildemente le entregué la camiseta del «amarillo y verde que nos enamora». Se la puso emocionado, y me prometió que la usará cuando vaya a entrenar, lo que sigue haciendo todos los días a sus 71 años.
A usted le gusta mucho Cartagena
«Sí, es una ciudad muy linda. Ha crecido mucho, pero la ciudad histórica sigue igual. Me gusta mucho esta ciudad, estoy feliz cuando paseo por aquí, hay una vida de alegría. De hecho busqué apartamento en Cartagena, pero desafortunadamente es demasiado caro, porque quiero vivir en el Centro Histórico, Bocagrande no me atrae. Me hubiera gustado quedarme en 1971, pero la ciudad siempre va a estar en mi corazón».
¿A qué se dedica hoy?
«Compré en México, vivo en el invierno en una ciudad pequeña cerca de Acapulco. Trabajo con una agencia de viajes de Copenhague. Es el trabajo más divertido que he tenido, viajo y me pagan por eso. Hago tours, soy guía de turistas suecos, los llevo a hacer tours en México, Centroamérica, Brasil y Colombia. Y en verano, las excursiones por Europa».
¿Qué recuerda de ese año 1971?
«Tengo recuerdos muy gratos, el equipo vivía en un hotel, lo he buscado, no recuerdo el nombre, creo que ya no existe. Recuerdo que era una escalera blanca al segundo piso. Hacía mucho calor y yo echaba agua sobre la cama para refrescarlo. Entrenábamos en la Base Naval en Bocagrande, donde castigaban a los marinos con estar mucho tiempo bajo el sol».
¿Y de sus compañeros? ¿Cómo era el equipo?
«Había jugadores uruguayos, paraguayos, estaba Adolfo Riquelme, el paraguayo, que había jugado en el Atlético de Madrid con un sueco, Henry Garvis Carlsson, que fue tercero con Suecia en el Mundial del 50. Compartía cuarto con dos chicos de Cali, Mauro Vásquez y Carabalí tenían menos de veinte años, los tres jugábamos en el ataque».
«Había un uruguayo, calvo, alto, que jugaba de defensa. Julio César Brucessi. Y un chico de Cartagena, -¿cómo se llamaba?, me pregunta. «Ildefonso Hoyos», le respondo-. Hoyos, él era un buen tipo conmigo, me acuerdo mucho de él, pasamos mucho tiempo juntos. Él era joven, creo que no tenía veinte años».
Usted estuvo tan solo un mes en el equipo, y no se quedó para el torneo profesional. ¿Por qué?
«Mi tiempo aquí fue muy corto, en parte porque yo no era gran jugador. Era ambicioso, peleaba, no era malo. En México, Nacho Trelles me enseñó mucho, es el técnico más exitoso en la historia de la liga mexicana. Pero yo jugaba más con ambición que con talento. Me fui porque vi que a los jugadores les debían hasta un año de salario. Me preocupé porque en México tenía una chica, y quería traerla, pero no veía nada seguro, era bastante inestable. Lastimosamente porque me hubiera gustado mucho quedarme aquí».
***
El de 1971 fue el primer Real Cartagena que existió en el fútbol colombiano. Atlético Bucaramanga estaba en crisis económica y sus directivas decidieron arrendar la ficha, para recuperar algo de dinero y no desaparecer. “Se vinieron a refugiar a Cartagena”, cuenta el profesor Emiro Bertel Torrente, quien para la época era corresponsal deportivo del diario El Tiempo. “Le estaban buscando un nombre al equipo y a Héctor David Flórez Sotomayor, empleado de la Universidad de Cartagena y directivo de la Liga de Fútbol, se le ocurrió decir Real Cartagena. Ese nombre llamó la atención de la gente, y se quedó así”, comenta.
***
Danielsson había jugado en equipos juveniles en Suecia, y luego estudió en Estados Unidos, donde militó en un equipo de inmigrantes italianos y, cuenta, era el goleador. «En un partido de Copa, íbamos perdiendo 3-1, y en los últimos 17 minutos metí tres goles y ganamos, y me sacaron cargado los aficionados». Después estuvo probándose en Necaxa y Toluca, cuyo presidente era cuñado de Pancho Villegas, entrenador del Cali, a quien se lo recomendó.
Los periódicos de ese momento describían a Daniellson como un jugador con futuro. “Peca a veces por carencia del dominio de la redonda, pero lo compensa con voluntad”, afirma una crónica de esos días. “Ese ‘monito’, no era muy dúctil con el balón, pero hacía goles”, comenta Bertel Torrente.
Pero entonces, ¿cómo es que llega usted a Cartagena?
«Iba rumbo a Cali pero llegué a Barranquilla, y pregunté por un equipo cerca al mar, porque yo en Suecia vivía cerca al mar. Me dijeron que iba a haber un equipo nuevo en Cartagena, y preferí venir acá. Me presenté, me dejaron entrenar con ellos, y en el primer partido, amistoso, me pusieron de centro delantero contra Junior».
***
El primer partido que jugó Real Cartagena fue el 31 de enero de 1971, un amistoso ante Junior de Barranquilla, en el vetusto y cuasi abandonado estadio Pedro de Heredia. Real Cartagena heredó del Bucaramanga su uniforme: camiseta amarilla con cuello rojo y pantaloneta verde. “Aunque era un peladero en oriental, norte y sur, el estadio se llenó. La gente se sentaba en la tierra alrededor de la cancha”, describe el profesor Bertel Torrente.
El árbitro fue Roberto ‘Tuntún’ González Baldiris, licenciado en educación física y después docente del colegio Antonia Santos. Real Cartagena jugó con Riquelme; Ignacio ‘centavito’ Pacheco, Julián Martínez, Ildefonso Hoyos, Jorge Lastra, Misael ‘papo’ Flórez, Julio Brucessi, Edison Carabalí, Stellan Danielsson, Duque y Mauro Vásquez.
Jugados 27 minutos del primer tiempo, llegó el gol histórico. “Vásquez pasó adelantado a Daniellson, la defensa de Junior falla en la marca, y el sueco con remate de regular potencia pasa la bola por debajo del cuerpo de Solis”, describe la prensa local ese primer tanto histórico.
***
¿Qué recuerda usted del partido?
«El partido inició con un minuto de silencio, pero a mí nadie me había dicho, yo no había entendido. Cuando pensé que había empezado el partido, arranqué a correr y los demás se quedaron parados. Los defensas de Junior me pegaron mucho, me decían que no me iban a dejar jugar por ser extranjero. Yo tenía espinilleras que me habían regalado los jugadores de Suecia en el mundial del 70, porque yo los acompañaba en los entrenamientos y hasta jugaba con ellos».
¿Cómo era el estadio?
«Casi no había grama en el terreno. Fuimos un día para un entrenamiento y regaban todo el campo de cien metros con una sola manguera pequeña. No había tribunas, nada más en un lado del estadio, era solo tierra el resto».
¿Y la afición?
«La tribuna estaba más o menos llena, había gente. Aquí la gente gustaba del béisbol y el boxeo. El fútbol no tenía una afición, a la gente le interesaba, pero no como hoy».
El gol, ¿cómo fue?
«El gol que metí fue, como dicen en México, una chiripada. Yo estaba en el área y cayó la pelota casi en frente de mí, pero como el terreno era disparejo, botaba raro. Creo que le pegué con el empeine, no con el pie.Pero entró, todo eso vale».
¿Cómo era el día a día de los jugadores en ese equipo?
«Entrenábamos por la mañana y por la tarde, dormíamos en el mediodía. En las noches, salíamos a caminar por la playa y en el Centro, pero nadie nos conocía, así que no sabían que eramos los jugadores de Real Cartagena. Fuimos una vez a un espectáculo de boxeo en la plaza de toros, y estaban vendiendo aguardiente, eso me sorprendió, porque en Suecia somos muy restrictivos».
***
Tras su breve paso por Real Cartagena, Danielsson se fue a México por la chica de la que estaba enamorado, y se casó. Alcanzó a estar corto tiempo con el San Diego Chargers del fútbol americano de los Estados Unidos, donde fue pateador. «Pateaba más de cincuenta metros, aunque nunca había jugado fútbol americano». Terminó su carrera en el Orgrytre de la primera división de Suecia, y volvió a la Universidad, donde se hizo amigo del mundialista Sven-Göran Ericksson, extécnico de las Selecciones de Inglaterra, México y Costa de Marfil, y de la Roma y el Manchester City, entre otros clubes.
¿Y después fue periodista deportivo por un tiempo?
«Fui periodista deportivo, estuve en el Mundial del 2002 en Japón, trabajaba con revistas y periódicos, pero también en radio y televisión. En 1989 y 1993, visité los entrenamientos de Nacional en Medellín y entrevisté a todos, recuerdo a Andrés Escobar. Y yo llevaba material en video que compraba acá, a Suecia, con los partidos de Nacional».
«Tengo una anécdota con Zlatan Ibrahimovic. Cuando Zlatan firmó con Ajax, una revista de Holanda me pidió fotos de él. Él vivía en Malmo, a 300 km de Gotemburgo. Conocía a un compañero de Zlatan, me lo presentaron, y los holandeses me pidieron una foto con la camiseta de la Selección. Nos tocó ir en el coche de Zlatan a una tienda, comprar la camiseta, para hacerle las fotos. Es un gran jugador, nuestro mejor jugador en la historia de Suecia».
¿Usted sigue a Real Cartagena?
«Sí, quedé encariñado con el equipo, y gracias a internet es fácil seguirlo. Espero que vuelva pronto a la primera división. Hace varios años recuerdo a un entrenador local, que hizo las cosas muy bien, el apellido empezaba con la letra B -Hubert Bodhert-, creo que fue muy buen técnico. Y tenía muchos jugadores locales, y eso me alegró mucho».
¿Volvió al estadio?
«No, nunca he podido volver, lo tengo pendiente. Pero quiero ir a un partido del equipo. Lamentablemente cuando he viajado, nunca coincide, pero si quiero ir a acompañar a Real Cartagena en un partido. El próximo año trataré de volver».
¿Le molesta que nunca Real Cartagena le haya hecho algún reconocimiento?
«No, en absoluto. No tendrían por qué hacerlo. Entonces fue entonces, hoy es hoy. El presente es lo que importa, y espero poder ver al equipo en primera división».