[Opinión] Ni para ilusionarse

Columnista Invitado
5 min de lectura

Por: Jonathan Jiménez Hernández | jjimen43@eafit.edu.co | Especial para PrimerTiempo.CO

Sin lugar a dudas el 2018 es un año que promete poco o nada para Real Cartagena, nombres totalmente desconocidos, un técnico medio raro y la directiva avara de siempre. Una mezcla de elementos que ni siquiera alcanzan a ilusionar a los cartageneros con ingresar a los ocho mejores del torneo de ascenso en Colombia.

Primero se hizo el oso siendo locales en el cuadrangular Bolívar Sí Avanza, donde se recibieron 12 goles en 3 partidos y solo se marcó uno. Sin embargo se escuchó decir que el equipo mostraba ‘cositas interesantes’, pero, yo sí quisiera saber y que alguien me respondiera ¿qué se puede rescatar de unos jugadores que son un mar de nervios con el balón en los pies, que parecen no conocer los conceptos a la hora de defender y que la generación de su fútbol es casi nula?

Yo sé que la culpa no es totalmente de ellos, al fin y al cabo están en un experimento, así como en su momento se hizo trayendo a Giovanni Hernández al banquillo. Obviamente toda Cartagena y ya Colombia se dio cuenta de quienes son los que tienen enfermo a este Real Cartagena: en la televisión se mostró una de las pancartas más verídicas y es que «con los Rendón el fútbol en Bolívar no avanza», pero bueno, es ‘jarto’ hablar del tema cuando esta familia sigue al mando del club.

Pero entremos en materia. Hablemos de la pelota y de las ‘cositas interesantes’ que se han mostrado este año. La estadística muestra que en el 2018 Real Cartagena es un equipo paupérrimo en ataque y las dos victorias conseguidas han sido por la mínima diferencia. Los datos nos dicen que Real en cinco salidas, incluyendo Copa Águila,  ha marcado 3 goles y ha recibido 5 anotaciones. Dos victorias, dos derrotas y un empate. Todo esto con equipos que en el papel son ganables.

En el banquillo cartagenero tuve la posibilidad de ver a técnicos que jugaban un fútbol que nunca lleno al hincha, no está de más recordar al señor José Domínguez en el 2014, sin embargo a ese equipo se le veía un estilo de juego, independientemente de que no gustara. De hecho con los equipos de menor bagaje les ganaba y lo hacía con contundencia y gol.

Pero no vayamos muy lejos. A Hubert Boderth se le licenció en el 2016 de forma injusta, cuando solo corrían tres partidos y se trajo a Giovanni Hernández, un técnico muy resistido por la hinchada. Sin embargo, con el técnico caleño al equipo por momentos se le veía una identidad de juego, defensiva, pero la había.

Pero con Marco Indaburo, ¿a qué juega este Real Cartagena? Seguramente a lo que salga de chiripazo, porque da la impresión de que no hay trabajo técnico-táctico en los jugadores. A la hora de defender el equipo muestra debilidades, no hay tenencia de balón, ni hombres que generen fútbol. Así difícilmente se podrán marcar goles.

¿Entonces qué podemos decir de todo esto? La conclusión es fácil de sacar, a Real Cartagena no le pudieron tocar rivales más accesibles para el inicio del torneo, pero en esta ocasión los papeles están invertidos. Hoy los ‘auriverdes’ se han convertido en ese comodín de equipos más pequeños. Si con los Atléticos y Tigres no pudimos, no me quiero imaginar cuando toque enfrentar a equipos de mayor jerarquía como Cúcuta, Pereira y demás escuadras con tradición el fútbol profesional.

En definitiva, ya ni rabia produce este equipo. El ver jugar al Real Cartagena versión Marco Indaburo es perjudicial para la retina del amante del buen fútbol, causa sueño y produce desespero. Si las cosas siguen marchando así apague y vámonos, que en este 2018 difícilmente estaremos en los ocho mejores del torneo de ascenso.

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