Real Cartagena 0-3 Barranquilla: cuando no te sale nada…

Lucho Anaya
Por Lucho Anaya - Codirector
4 min de lectura
Foto: Real Cartagena.

El profesor Martín Cardetti ya lo había dicho varias veces: se van a ganar partidos, pero también se van a empatar y se van a perder. Lo que no estaba en las cuentas de nadie era que uno de esos partidos que se iban a perder, fuese ante el Barranquilla, un rival que tenía 15 partidos sin ganar, y que en el Jaime Morón León nunca había celebrado un triunfo por torneo de ascenso.

El primer tiempo se jugó mal. Barranquilla explotó las falencias defensivas que tuvo Real Cartagena, y en tres minutos asestó un golpe que dejó grogui a Los Heroicos. Un bache del que no pudieron salir ni siquiera con la pena máxima que desperdició el killer argentino Santiago Gómez, que hubiera podido cambiar la historia del compromiso.

Cardetti se echó la culpa en la rueda de prensa. Dijo que la responsabilidad era toda suya. Pero para mí, acertó en los cambios. Hizo lo que todos en el estadio Jaime Morón creíamos que debía hacerse: Jesús Espinosa Pacheco y Duván Mina tuvieron rendimientos muy bajos, y salieron en el descanso. Por lo ofrecido en juegos anteriores, las elecciones de Edwin López y Sebastián Girado como sus remplazos fueron correctas. Pero el del domingo fue un partido de esos en los que no sale nada.

Que se jugó muy mal en el primer tiempo no lo podemos negar. Pero que el equipo buscó el gol hasta el final, que corrieron como nos tienen acostumbrados desde inicios de año, y que la mayoría de los jugadores entregaron todo, tampoco podemos negarlo. Simplemente no se dieron las cosas. No funcionó la pelota quieta, arma letal de Los Heroicos en los últimos partidos. No funcionó la sociedad de Mera con Rivas por la derecha, que siempre hace daño. Los centros de Léider Robledo, que generalmente son precisos, cayeron en territorio de nadie. Santiago Gómez, que no perdona, no estuvo fino en las que le quedaron de cara al arco.

El juego en largo que, valga decirlo, poco usó el arquero Ortiz (inexplicablemente porque siempre es una buena alternativa), tampoco funcionó. Se privilegió el jugar en corto, el salir tocando, y se corrieron riesgos innecesarios. López y Girado en el segundo tiempo también lo intentaron. Pero Real Cartagena fue un equipo impotente, frustrado y frustrante, y ninguno de sus libretos de juegos anteriores le funcionó. Y Barranquilla, que nada tenía que perder, vino con su juego de siempre, el de perder tiempo, y tristemente para Los Heroicos, esta vez sí le funcionó.

Hay que levantar la cabeza. El golpe es duro, pero el miércoles hay que jugar otra vez, en una serie que está 3-1 ante Cortuluá. Y el sábado, hay que buscar los tres puntos en Bogotá ante Tigres. Coincido con el profesor Cardetti: ni era el mejor equipo del mundo cuando se ganó, ni ahora es el peor equipo del mundo cuando se perdió.

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Codirector
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En el periodismo desde 2010. Cofundador y codirector de PrimerTiempo.CO. Narrador deportivo. Contacto: luchoanaya@primertiempo.co.