Tras perder 1-0 ante Quindío, Alberto Suárez, técnico de Real Cartagena, reconoció que este fue el peor partido que su equipo ha jugado. Para Suárez, los locales los superaron en lo físico, y Real Cartagena tiene que ser más humilde futbolísticamente y jugar cómo se juega en la B, sin importar estatus. El entrenador también afirmó que jamás dio la instrucción de salir a defenderse,
BALANCE DEL JUEGO. «Quindío nos superó en agresividad, jugó el partido como se juega la B, y pareciera que había fútbol, pero había más agresividad y más físico. Nosotros no entendimos eso, nos equivocamos en los caminos que se tomaron. Sin embargo, el partido fue parejo, no era para desequilibrarse como se desequilibró, con una pelota desde afuera y con un error de concepción».
LA POSICIÓN EN LA TABLA. «Hay que reconocer que nos superó Quindío, en físico. Nos vamos con la preocupación porque, para una inversión como la que se ha hecho, no es coherente ser octavos, pero el torneo está entero. Tenemos que reflexionar, trabajar y seguir hacia adelante».
FALTA HUMILDAD FUTBOLÍSTICA. «En la B no hay estatus, hay que correr, hay que meter, y hoy nos faltó mucho de eso. Nos tenemos que quitar la camisa de equipo grande, ser mucho más humildes futbolísticamente y entender dónde estamos. Este es un equipo que, si yo lo pongo en la A, seguramente tiene mejores desarrollos, pero en la B, con la dinámica y con la intensidad que se juega, tenemos que entenderlo y jugarlo con la misma intensidad, y con la calidad individual que hay, seguramente podemos hacer diferencia».
EL PEOR PARTIDO. «Creo que hoy es el peor partido que hemos jugado, porque no lo pudimos conseguir bien, pero jugándolo mal generamos llegadas. Jugándolo mal, era un partido para el 0-0, no para una gran diferencia. Las actuaciones de los porteros fueron limitadísimas, el partido se disputó más en la mitad del campo. El gol es un error que se presenta en el fútbol, no hay que culpar a nadie».
EL CAMBIO DE MÓDULO. «El tema no es de módulos. Hablamos de módulos y terminó Lucumí, extremo, jugando por dentro, jugando con un cinco que es un ocho regularmente. No son los módulos, son los comportamientos, que tienen que mejorar. Ellos son conscientes de eso, tengo un buen grupo, de buenos seres humanos, y somos conscientes de las cosas buenas y malas que hacemos. No es un problema del módulo, es un problema de lo individual, que se tenga la tranquilidad y se mejore para lograr hacer la diferencia».
NO SALIÓ A DEFENDERSE. «Yo no les dije a ellos que aguantaran ni mucho menos. El partido se preparó para presionarlos en su campo, pero hay que darle valor a lo que hizo el Quindío, no nos dejó. Nos superó desde lo físico, nos superó en muchas ocasiones y no supimos leer un juego que implicaba jugar largo, que no era para jugar corto, por la presión asfixiante que hacían. Nunca mandé al equipo a que se resguardará, por el contrario, nosotros somos un equipo propositivo, pero el Quindío no nos dejó».