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Payares (de sombrero, centro) en el Once de Noviembre, relatando un partido de béisbol. Foto: Archivo William Marrugo. |
JOHN CAPELLA
ESPECIAL PARA
PRIMERTIEMPO.CO
PRIMERTIEMPO.CO
«Fanáticos
parte alta del cuarto episodio, Indios cuatro carreras, Torices tres carreras…
El pitcher levanta los brazos, se mece… ahí suelta strike, lo vio pasar se lo
marcaron, recta durísima a la esquina izquierda del home, a la altura de las
rodillas, hizo el pentágono trizas mis amigos”.
parte alta del cuarto episodio, Indios cuatro carreras, Torices tres carreras…
El pitcher levanta los brazos, se mece… ahí suelta strike, lo vio pasar se lo
marcaron, recta durísima a la esquina izquierda del home, a la altura de las
rodillas, hizo el pentágono trizas mis amigos”.
Muchos
de sus compañeros alumnos del Colegio de La Esperanza en Cartagena sabían que
aquel muchachito que pasaba con un radio de transistores pegado al oído y al
que le gustaba apartarse de su camino a casa para darse una vuelta por los
estudios de Emisoras Fuentes terminaría metido en el mundillo de las
comunicaciones.
de sus compañeros alumnos del Colegio de La Esperanza en Cartagena sabían que
aquel muchachito que pasaba con un radio de transistores pegado al oído y al
que le gustaba apartarse de su camino a casa para darse una vuelta por los
estudios de Emisoras Fuentes terminaría metido en el mundillo de las
comunicaciones.
Luis
Alberto Payares Villa, desde pequeño pintaba lo que sería más adelante en su
vida, sus padres también comprendieron y de alguna manera le dieron alas ya que
con esfuerzo le costearon un viaje a la capital de la Republica para que
cursara estudios en la Escuela Superior de Comunicaciones de donde salió
“pidiendo vía” para ingresar en el competitivo mundo de la radio lo que al
inicio no fue nada fácil.
Alberto Payares Villa, desde pequeño pintaba lo que sería más adelante en su
vida, sus padres también comprendieron y de alguna manera le dieron alas ya que
con esfuerzo le costearon un viaje a la capital de la Republica para que
cursara estudios en la Escuela Superior de Comunicaciones de donde salió
“pidiendo vía” para ingresar en el competitivo mundo de la radio lo que al
inicio no fue nada fácil.
Nadie
es profeta en su tierra y Cartagena como siempre se mostraba hermética y se
negaba a darle cabida en un ambiente radial plagado de las extraordinarias
voces de esa época y Payares, alentado por su padre quemó, pues, sus naves y se
fue a la provincia a buscar fortuna estuvo en Sincelejo, en Montería y las
puertas seguían cerradas por lo que se desplazó hasta Lorica en donde un 31 de
octubre de 1967 recibió el espaldarazo por parte del Maestro Aurelio Gómez
Jiménez, director de Radio Progreso quien por unos pocos pesos le permitió
hacer parte del pequeño grupo de colaboradores de la emisora.
es profeta en su tierra y Cartagena como siempre se mostraba hermética y se
negaba a darle cabida en un ambiente radial plagado de las extraordinarias
voces de esa época y Payares, alentado por su padre quemó, pues, sus naves y se
fue a la provincia a buscar fortuna estuvo en Sincelejo, en Montería y las
puertas seguían cerradas por lo que se desplazó hasta Lorica en donde un 31 de
octubre de 1967 recibió el espaldarazo por parte del Maestro Aurelio Gómez
Jiménez, director de Radio Progreso quien por unos pocos pesos le permitió
hacer parte del pequeño grupo de colaboradores de la emisora.
Evidentemente
hay personas que tienen buen ojo para encontrar talentos y mejor oído que otros
para identificar a futuros portentos en esto de las comunicaciones y en ese
reducido grupo se encontraban Eugenio Sánchez Cárdenas y David Sánchez Juliao,
dos personas que fueron fundamentales en la vida de Luis Alberto Payares Villa,
el primero para consolidar al “Pupy” en el grupo de locutores de Radio
Progreso, permitiéndole la autonomía para que condujera un programa de
complacencias musicales y hasta autorizándolo para que se constituyera, aunque
ustedes no lo crean, en un narrador de corralejas que se paseaba por los
pueblos del bajo Sinú haciendo las delicias de los amantes de las fiestas
populares de toros.
hay personas que tienen buen ojo para encontrar talentos y mejor oído que otros
para identificar a futuros portentos en esto de las comunicaciones y en ese
reducido grupo se encontraban Eugenio Sánchez Cárdenas y David Sánchez Juliao,
dos personas que fueron fundamentales en la vida de Luis Alberto Payares Villa,
el primero para consolidar al “Pupy” en el grupo de locutores de Radio
Progreso, permitiéndole la autonomía para que condujera un programa de
complacencias musicales y hasta autorizándolo para que se constituyera, aunque
ustedes no lo crean, en un narrador de corralejas que se paseaba por los
pueblos del bajo Sinú haciendo las delicias de los amantes de las fiestas
populares de toros.
El
desaparecido escritor David Sánchez Juliao, siendo director de la Emisora, le
dio el empujón definitivo, le entregó las llaves y la responsabilidad total de
Radio Progreso al muchacho turbaquero que respondió con creces a la confianza
depositada.
desaparecido escritor David Sánchez Juliao, siendo director de la Emisora, le
dio el empujón definitivo, le entregó las llaves y la responsabilidad total de
Radio Progreso al muchacho turbaquero que respondió con creces a la confianza
depositada.
Pero
Lorica era pequeño para el inmenso talento de nuestro personaje que necesitaba
más espacio para crecer y el pretexto se lo dio otro grande del periodismo
cartagenero, Tony Porto, quien en una visita a Lorica quedó fascinado por la
versatilidad y dominio del micrófono por parte de su paisano y al conocer la
suma de dinero que devengaba Payares en la emisora cordobesa le insinuó que la
paga era poca para la calidad del joven locutor, que se quedó con la espina y
solicitó aumento en su remuneración, al recibir una negativa rotunda a su justa
petición, cogió sus bártulos y se vino a Cartagena a intentar romper las
murallas que al principio le había sido esquivas.
Lorica era pequeño para el inmenso talento de nuestro personaje que necesitaba
más espacio para crecer y el pretexto se lo dio otro grande del periodismo
cartagenero, Tony Porto, quien en una visita a Lorica quedó fascinado por la
versatilidad y dominio del micrófono por parte de su paisano y al conocer la
suma de dinero que devengaba Payares en la emisora cordobesa le insinuó que la
paga era poca para la calidad del joven locutor, que se quedó con la espina y
solicitó aumento en su remuneración, al recibir una negativa rotunda a su justa
petición, cogió sus bártulos y se vino a Cartagena a intentar romper las
murallas que al principio le había sido esquivas.
Pero
Cartagena, fiel a su historia no fue receptiva con el aspirante a narrador que
no vio otro camino que “disfrazarse de loco” y en las jornadas de pelota
caliente se ingenió una manera de ser escuchado, se dio a la tarea de narrar
los partidos en voz alta sentado en las gradas del estadio 11 de noviembre o en
alguna cabina desocupada del mismo escenario.
Cartagena, fiel a su historia no fue receptiva con el aspirante a narrador que
no vio otro camino que “disfrazarse de loco” y en las jornadas de pelota
caliente se ingenió una manera de ser escuchado, se dio a la tarea de narrar
los partidos en voz alta sentado en las gradas del estadio 11 de noviembre o en
alguna cabina desocupada del mismo escenario.
Esto
molestó a muchos y le gustó a otros tantos que empezaron a sentir curiosidad
con las narraciones del muchacho, las cuales tenían como característica
principal las de estar cargadas de términos floridos e inusuales pero siempre
adornados con la potente voz y la excelente dicción del juvenil locutor. Y su
“invento” dio resultado porque el difunto Antonio José De Lavalle Bustamante el
famoso “Fat Lavalle”, comentarista deportivo de la época, más por salir de un
apuro por la demora de su narrador oficial que por otra cosa, lo llamó a su
transmisión en un partido de béisbol y Payares lo hizo bien y empezó
esporádicamente a hacer apariciones en la radio cartagenera aunque sin
consolidarse de un todo.
molestó a muchos y le gustó a otros tantos que empezaron a sentir curiosidad
con las narraciones del muchacho, las cuales tenían como característica
principal las de estar cargadas de términos floridos e inusuales pero siempre
adornados con la potente voz y la excelente dicción del juvenil locutor. Y su
“invento” dio resultado porque el difunto Antonio José De Lavalle Bustamante el
famoso “Fat Lavalle”, comentarista deportivo de la época, más por salir de un
apuro por la demora de su narrador oficial que por otra cosa, lo llamó a su
transmisión en un partido de béisbol y Payares lo hizo bien y empezó
esporádicamente a hacer apariciones en la radio cartagenera aunque sin
consolidarse de un todo.
Sería
el periodista Julio Pinedo Bruges (Q.E.P.D.), quien le daría “la patadita de la
suerte” primero al invitarlo a trabajar con él en la novel emisora Voz de las
Antillas y después al recomendarlo para que ingresara al equipo de locutores de
Emisoras Fuentes, inicialmente participando en el programa “avance 71″ y
posteriormente creando el programa “Visión del Deporte”, en donde logró
consolidar un interesante grupo de periodistas deportivos como Emiro Bertel
Torrente, William Marrugo, Otoniel Sabalza Barrios, entre otros y en donde recibió el apoyo fundamental de
otro gran hombre del periodismo cartagenero como lo es el Señor Francisco
“Pacho” Fernández, quien creyó en sus condiciones y lo ayudó a conseguir las
primeras e importantes pautas publicitarias que lo harían despegar
definitivamente.
el periodista Julio Pinedo Bruges (Q.E.P.D.), quien le daría “la patadita de la
suerte” primero al invitarlo a trabajar con él en la novel emisora Voz de las
Antillas y después al recomendarlo para que ingresara al equipo de locutores de
Emisoras Fuentes, inicialmente participando en el programa “avance 71″ y
posteriormente creando el programa “Visión del Deporte”, en donde logró
consolidar un interesante grupo de periodistas deportivos como Emiro Bertel
Torrente, William Marrugo, Otoniel Sabalza Barrios, entre otros y en donde recibió el apoyo fundamental de
otro gran hombre del periodismo cartagenero como lo es el Señor Francisco
“Pacho” Fernández, quien creyó en sus condiciones y lo ayudó a conseguir las
primeras e importantes pautas publicitarias que lo harían despegar
definitivamente.
Posteriormente
Luis Alberto Payares Villa, empezó a mostrar su otra faceta importante, la de
un visionario de las comunicaciones, un hombre que veía más allá de sus
competidores y concibió la radio como una empresa, se fue rodeando de jóvenes
talentos y fue forjando otros tantos, se constituyó en una especie de “scout”
radial, en un “cazatalentos” radiofónico y fue así como tomó bajo su égida a
quienes hoy son figuras indiscutibles del periodismo deportivo de Cartagena.
Eugenio Baena Calvo, Fredy Jinete Daza, Walberto Ahumedo Sierra, serían en su
momento sus alumnos más aventajados y los que hasta ahora no han dejado caer
las banderas del profesionalismo y la disciplina que indudablemente aprendieron
guiados por la mano prodigiosa del que se conocería más tarde como “El
Villano”, pero ojala y así fueran todos los villanos; Payares fue un paso
adelante en la visión que no solamente tenía del deporte y de la radio sino que
además se atrevió a crear una organización radial a la que bautizó con el
nombre de “Producciones Punto” e incursionó en el periodismo noticioso y
político de la ciudad.
Luis Alberto Payares Villa, empezó a mostrar su otra faceta importante, la de
un visionario de las comunicaciones, un hombre que veía más allá de sus
competidores y concibió la radio como una empresa, se fue rodeando de jóvenes
talentos y fue forjando otros tantos, se constituyó en una especie de “scout”
radial, en un “cazatalentos” radiofónico y fue así como tomó bajo su égida a
quienes hoy son figuras indiscutibles del periodismo deportivo de Cartagena.
Eugenio Baena Calvo, Fredy Jinete Daza, Walberto Ahumedo Sierra, serían en su
momento sus alumnos más aventajados y los que hasta ahora no han dejado caer
las banderas del profesionalismo y la disciplina que indudablemente aprendieron
guiados por la mano prodigiosa del que se conocería más tarde como “El
Villano”, pero ojala y así fueran todos los villanos; Payares fue un paso
adelante en la visión que no solamente tenía del deporte y de la radio sino que
además se atrevió a crear una organización radial a la que bautizó con el
nombre de “Producciones Punto” e incursionó en el periodismo noticioso y
político de la ciudad.
Esta
quizás fue una de los aspectos más importantes de la larga y fructífera carrera
de Luis Alberto Payares Villa, le brindó a muchos la oportunidad inicial que
muchos a él le negaron y fue así como por sus cabina radial fueron desfilando
figuras nacientes de la radio cartagenera como Edwin Marsiglia Jaraba, José
Guillermo Romero Verbel, más conocido como “Cheo” Romero, Miguel Fortich
Rodgers e incluso se atrevió a cometer
una especie de sacrilegio en esos tiempos de béisbol y boxeo y le dio la
oportunidad en su programa a un ex jugador de fútbol con inquietudes
periodísticas llamado Pedro Valdez Valdez, para que hiciera sus pininos
radiales haciendo cortas notas sobre un deporte que había sido satanizado por
los locutores y comentaristas que mandaban la parada en la radio cartagenera.
quizás fue una de los aspectos más importantes de la larga y fructífera carrera
de Luis Alberto Payares Villa, le brindó a muchos la oportunidad inicial que
muchos a él le negaron y fue así como por sus cabina radial fueron desfilando
figuras nacientes de la radio cartagenera como Edwin Marsiglia Jaraba, José
Guillermo Romero Verbel, más conocido como “Cheo” Romero, Miguel Fortich
Rodgers e incluso se atrevió a cometer
una especie de sacrilegio en esos tiempos de béisbol y boxeo y le dio la
oportunidad en su programa a un ex jugador de fútbol con inquietudes
periodísticas llamado Pedro Valdez Valdez, para que hiciera sus pininos
radiales haciendo cortas notas sobre un deporte que había sido satanizado por
los locutores y comentaristas que mandaban la parada en la radio cartagenera.
Luís
Alberto Payares Villa actualmente pasa por momentos difíciles debido a una
enfermedad progresiva que le afecta el movimiento y de alguna manera ha mermado
sus capacidades, pero este hombre que ha sido un luchador toda su vida sigue
hacia adelante. Payares se ganó un merecido respeto en el competitivo mundo de
la locución colombiana y fue ese espejo donde pudieron mirarse y sobre todo
aprender muchos de los que lo acompañaron en su trasegar por la radio, medio de
comunicación donde se movía como pez en el agua.
Alberto Payares Villa actualmente pasa por momentos difíciles debido a una
enfermedad progresiva que le afecta el movimiento y de alguna manera ha mermado
sus capacidades, pero este hombre que ha sido un luchador toda su vida sigue
hacia adelante. Payares se ganó un merecido respeto en el competitivo mundo de
la locución colombiana y fue ese espejo donde pudieron mirarse y sobre todo
aprender muchos de los que lo acompañaron en su trasegar por la radio, medio de
comunicación donde se movía como pez en el agua.
“Nuevamente
el pitcher al box, se toma todo su tiempo, levanta los brazos… Ahí suelta, sale
palo largo a lo profundo del jardín central… La pelota se va elevando, se va
elevando y la pelotaaaaa, se ha llevado la cerca. Home rum, palo de cuatro
bases, cuadrangular larguísimo. Indios se va en ventaja cinco carreras por
tres, comenta Eugenio Baena, comenta Freddy Jinete.
el pitcher al box, se toma todo su tiempo, levanta los brazos… Ahí suelta, sale
palo largo a lo profundo del jardín central… La pelota se va elevando, se va
elevando y la pelotaaaaa, se ha llevado la cerca. Home rum, palo de cuatro
bases, cuadrangular larguísimo. Indios se va en ventaja cinco carreras por
tres, comenta Eugenio Baena, comenta Freddy Jinete.
“El
Villano” ha sido sin duda uno de los más grandes comunicadores que ha tenido el
país y uno de los que más innovó en materia radial desde su condición de
narrador deportivo ya que acuñó una serie de frases que hoy se han convertido
casi que en dichos populares del argot cartagenero. Su estilo inconfundible,
hizo las delicias de los aficionados al béisbol y al boxeo en La Heroica que se
convirtió en la atalaya desde donde contaba las más grandes gestas deportivas
que en su privilegiada voz tomaban un cariz diferente y único.
Villano” ha sido sin duda uno de los más grandes comunicadores que ha tenido el
país y uno de los que más innovó en materia radial desde su condición de
narrador deportivo ya que acuñó una serie de frases que hoy se han convertido
casi que en dichos populares del argot cartagenero. Su estilo inconfundible,
hizo las delicias de los aficionados al béisbol y al boxeo en La Heroica que se
convirtió en la atalaya desde donde contaba las más grandes gestas deportivas
que en su privilegiada voz tomaban un cariz diferente y único.
Definitivamente
Luís Alberto Payares Villa, fue un mago de la descripción, propietario de un
verbo extraordinario y dueño de una gran capacidad para improvisar y utilizar
los más variados sinónimos y antónimos en el momento exacto y justo.
Luís Alberto Payares Villa, fue un mago de la descripción, propietario de un
verbo extraordinario y dueño de una gran capacidad para improvisar y utilizar
los más variados sinónimos y antónimos en el momento exacto y justo.
Vehemente,
combativo, organizado, fue en más de una oportunidad Presidente del Círculo de
Cronistas Deportivos de Bolívar y desde ese cargo consiguió para su gremio la
Sede campestre ubicada en el municipio de Turbaco, empresa a la que le puso todas las ganas del mundo y
logró dotarla de todas las comodidades, lamentablemente administraciones
posteriores enajenaron ese bien adquirido con tanto esfuerzo lo que se
constituyó en un duro golpe anímico para Luís Alberto.
combativo, organizado, fue en más de una oportunidad Presidente del Círculo de
Cronistas Deportivos de Bolívar y desde ese cargo consiguió para su gremio la
Sede campestre ubicada en el municipio de Turbaco, empresa a la que le puso todas las ganas del mundo y
logró dotarla de todas las comodidades, lamentablemente administraciones
posteriores enajenaron ese bien adquirido con tanto esfuerzo lo que se
constituyó en un duro golpe anímico para Luís Alberto.
*Artículo publicado
originalmente en junio de 2011 en el blog Playball de El Tiempo, y que
reproducimos en homenaje a uno de los más importantes narradores radiales en la
historia de Cartagena.
originalmente en junio de 2011 en el blog Playball de El Tiempo, y que
reproducimos en homenaje a uno de los más importantes narradores radiales en la
historia de Cartagena.