Una de las anécdotas más recordadas de Ozzy Osbourne es su pasión por el Aston Villa, el club de su querida Birmingham. Desde la infancia vivió cerca de Villa Park, cuidando autos de aficionados para ganar algo de dinero antes de partidos, y en 2024 protagonizó un video junto a Geezer Butler y futbolistas como Emiliano Martínez para presentar la nueva camiseta del equipo. Además, los hinchas diseñaron un tifo en su honor, y se lanzó una línea especial de camisetas conmemorativas.
En el ámbito del fútbol americano, su tema “Crazy Train” se convirtió en una especie de himno para los New England Patriots, sonando en el Gillette Stadium durante más de 20 años. En 2005, Ozzy subió al escenario en el partido de apertura de temporada para elevar la bandera del Super Bowl XXXIX y cantar en vivo.
También dejó huella en la NFL al cerrar el Opening Game de los Los Angeles Rams en 2022, actuando en el medio tiempo y presentando éxitos como “Patient Number 9” y “Crazy Train” junto a Zakk Wylde y Andrew Watt en el SoFi Stadium. Esa presentación fue breve en transmisión, pero memorable para los asistentes.
Aunque no era atleta, Ozzy fue incluido en el WWE Hall of Fame tras su paso por WrestleMania II en 1986 y su regreso en RAW en 2009, consolidando su estatus como figura cruzada entre la música y el deporte-entertainment. Su participación en la WWE reforzó la simbiosis entre el mundo del entretenimiento y la cultura deportiva.
Finalmente, Curt Jones, la leyenda de los Atlanta Braves, se remonta a su uso de “Crazy Train” como canción de entrada durante su carrera, y recordó con humor cuando Mike Piazza se quejó de la canción en un partido, respondiendo “prepárate porque la escucharás unas cinco veces hoy”.
De esta manera, Ozzy Osbourne deja un legado deportivo perdurable, más allá del rock, siendo himno, espectáculo y pasión para millones en estadios y pantallas.



