Por Abraham Saker Whittingham
Especial para Primer Tiempo
Del lejano recuerdo de un niño de la primera gran victoria de un deportista colombiano han pasado volando 50 años de esa gran hazaña de Pambelé. 28 de octubre de 1972. A lo largo de los años pude encontrarme en el camino a Antonio Cervantes “Kid Pambelé”.
Las primeras oportunidades no fueron en las mejores circunstancias, ya el héroe de niño estaba hundido en el infierno de las drogas.
Cómo reportero en Noticaribe, fui hasta a su casa finca en Turbaco, era la época dolorosa de escándalos del campeón, había destrozado el televisor los muebles y todos los enseres de la vivienda. Mientras el camarógrafo Yaismel Paternina, hacia las imágenes. Me llamó la atención un hueco en la gruesa pared, aunque creía saber la respuesta por la curiosa forma que tenía, le pregunté a su esposa Carlina. Ella respiró profundo y respondió:
Mijo, fue el Pambe.
A pesar del tiempo seguía teniendo su brutal pegada dejando los nudillos como una impronta de su fuerza que reventó el concreto.
Las drogas no solo noqueaban la salud mental de Pambelé, me hizo recordar también que este flagelo golpea sin piedad al núcleo familiar.
Una semana después, venía en una buseta y al llegar a la Bomba El Amparo, viajando medio dormido, de pronto alguien se sentó en la silla del lado, espantándome el sueño. Era el mismísimo Pambelé que con los ojos encendidos me mira y grita: ¿Qué pasa algo?
-Nada Pambe
Mientras me encomendaba al Todopoderoso y trataba de recordar todas las oraciones que me habían enseñado en el colegio. Gracias a Dios, no paso nada grave. Solo el susto mío y la tensión de los pasajeros de la buseta. Ya por ese tiempo se habían presentado incidentes con toda clase personas, incluyendo periodistas y hasta le había pegado una trompada al camarógrafo Adolfo Palacios.
Pero el paso del tiempo y sobretodo las oraciones de su valiosa familia fueron cambiando la historia.
Después de caídas y recaídas El Pambe, era otro. Un día me lo encontré el centro histórico vendiendo su libro biográfico, le pedí una foto que conservo como un recuerdo preciado de un gran campeón sobre el cuadrilátero y un gladiador en la vida, que aunque batalló muchos años pudo al fin vencer las drogas. Pambelé, ganó su último combate fuera del ring.
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