En el año 2015, en medio de las negociaciones de paz con las FARC, se anunció que el Punto 4 del Acuerdo: ‘Solución Definitiva al Problema de las Drogas Ilícitas’ había concluido.Teniendo en cuenta este panorama, desde la Alta Consejería para el Posconflicto y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, se quiso hacer evidente qué implica el hecho de que cientos de campesinos hayan decidido acogerse al programa de sustitución voluntaria de cultivos de uso ilícito.
“Tenemos la oportunidad de transformar e integrar regiones marginadas, de incorporar miles de campesinos productores a la producción legal, de convertirnos en el tercer productor de cacao del hemisferio, de incrementar la producción de café y sobre todo de dejar atrás una historia trágica que ha atrasado a Colombia por más de tres décadas”, señaló Rafael Pardo, Alto Consejero para el Posconflicto.
De acuerdo con Natalia Ramírez, Directora de El Jardín de las Delicias, “teniendo en cuenta que nuestro país ha tenido una historia de varias décadas relacionada con economías ilegales, desde la productora nos pareció que el foco de esta serie de documentales debía ser contar la cantidad de vidas reales que han cambiado gracias a la sustitución de cultivos y Vidas sin Coca es justamente eso: desligar la coca de la vida y ver qué hay detrás de estas realidades que pocas veces vemos tan de cerca”.
Para Sergio Zaraza, realizador de “Caquetá”, uno de los cuatro documentales de la serie, “quisimos recoger la experiencia de estos campesinos que están tratando de desvincularse contra viento y marea de la economía ilícita del narcotráfico”.
Caquetá, Guaviare, Putumayo y Antioquia se convierten así no sólo en lugares sino en personajes que hablan sobre los desafíos, pero también sobre las ventajas del proceso de sustitución de cultivos ilícitos. “Vidas sin coca” permite entender qué es lo que hay detrás de todo el proceso. La serie de cuatro documentales cuenta la historia de familias campesinas que tienen la ilusión de una vida digna y más tranquila en la legalidad, trabajando sus parcelas para otros propósitos. Estos documentales muestran la historia del cocalero, del recolector, o del que se negó a sembrar en esos departamentos tan golpeados por el conflicto en Colombia.
Caquetá será presentado en la versión 58 del Festival Internacional de Cine de Cartagena, en un conversatorio las 11 de la mañana del viernes 2 de marzo en el Centro de Cooperación Española-Plaza Santo Domingo, Calle 36 # 2-74. A este encuentro asistirá Natalia Ramírez y John Jairo González, campesino de Antioquia que decidió cambiar los cultivos de coca por cultivos lícitos.
Para el Alto Consejero para el Posconflicto, “se trata de mostrarles a los colombianos y a la comunidad internacional, los alcances de la sustitución de cultivos ilícitos como una de las claves para el desarrollo económico y social de las zonas rurales que sufrieron durante más de medio siglo el impacto del conflicto armado y las dificultades que se derivan de la ausencia del estado”.
Hoy, 10 meses después de comenzar el Programa Nacional Integral de Sustitución Voluntaria de Cultivos de Uso ilícito, PNIS, 123.177 familias han firmado acuerdos colectivos de sustitución; hay 54.527 familias vinculadas al programa; 31.315 familias han recibido pagos y otras 10.037 están en proceso de validación de pagos. Naciones Unidas ha certificado a la fecha la sustitución de 16.754 hectáreas de hoja de coca.
“Esa transformación del campo, luego de que los campesinos arrancan de raíz las hojas de coca, comienza a darse con asistencia técnica, apoyo económico para el desarrollo de proyectos productivos y obras de infraestructura para garantizar la permanencia de las comunidades en la economía legal”, agregó Eduardo Díaz, Director del PNIS.