John Capella | Especial para PrimerTiempo.CO
Luís Castro, una figura enigmática, un mito, casi que un personaje de ficción que ha puesto a más de uno a investigar sobre su vida y orígenes del que se dice que hizo su debut en la Gran Carpa el 23 de abril de 1902 jugando para los Atléticos de Filadelfia.
La historia de Luís Castro empieza por su final y se ha podido reconstruir gracias a investigaciones realizadas entre otros por el gran historiador venezolano Juan Vene, un sabio del deporte de los bates y las manillas que se dio a la tarea de seguirle la pista a nuestro compatriota que para sorpresa nuestra no es oriundo del caribe colombiano: su ciudad de origen sería Medellín.
El acta de defunción del amigo Castro indica que falleció en el estado de Nueva York, el 24 de septiembre de 1941 y sus restos se encuentran sepultados en el cementerio Mount St. Mary, en Flushing, más concretamente en la división 10, fila 9, número 18 y su tumba no tiene siquiera una placa que consigne su nombre ya que, para darle tintes más drámaticos al misterio, colocaron en la tumba la placa correspondiente al finado William J. Walters.
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La razón para esto fue que Luís Castro murió bastante escaso de recursos económicos y las reglas de los cementerios de Nueva York establecen que al transcurrir 20 años de no haber cumplido con la cuota anual de mantenimiento, el cementerio adquiere todos los derechos sobre la parcela y el cuerpo por concepto de abandono. Así las cosas la placa que pudiera haber tenido la tumba de Castro fue retirada para dar paso a la del difunto Walters que muy probablemente fue enterrado sobre los restos de nuestro ilustre compatriota.
Sigamos haciendo esta especie de “conteo regresivo” sobre la enigmatica vida, obra, milagros y muerte de Luís Castro y tenemos entonces que sus servicios fúnebres fueron hechos por el Quinn Fogarty Funeral Home, que funciona en la ciudad de Nueva York desde 1896 y el estado de Nueva York le asignó el número 19278 en su acta de defunción.
Castro fue jugador y mánager con varios equipos de las Ligas Menores y en los años 30 pusoen el censo como ocupación “jugador de béisbol”. Sin embargo su certificado de defunción indica que trabajaba como “bartender” y residió sus últimos días en Nueva York junto a su esposa Margaret hasta que murió a la edad de 64 años, presumiblemente de malaria.
En el censo de 1910 de Georgia, aparece el nombre de la esposa de Castro. Hay constancias también sobre el hecho de que Luís Castro parece haberse unido a la Asociación de Jugadores Profesionales de Béisbol de América en el año de 1937, es decir, cuatro años antes de su fallecimiento, y recibió por esta afiliación un cheque de esa organización hasta su muerte.
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Es de anotar que el registro de la muerte de Castro dice que nació en los Estados Unidos, pero el censo de 1910 de Georgia, da su lugar de nacimiento como Medellín, Colombia.
De acuerdo a los correos electrónicos intercambiados entre miembros del Salón de la Fama en Cooperstown, Nueva York, y miembros del comité de SABR biográfico en 2001, se tiene evidencia de un jugador de béisbol llamado Louis Castro que nació en noviembre 25 de 1876 en los Estados Unidos, trabajó en un salón, se casó con una mujer llamada Margaret y vivió en Flushing.
Se dice también que su padre fue Néstor Castro, y su madre, Agnes Wasquees, ambos nacidos en América del Sur, y murió a la edad de 64 años el 24 de septiembre de 1941 en el Hospital Estatal de Manhattan en Wards Island. Información bastante completa pero la cual plantea una duda inmensa. “Nació en noviembre 25 de 1876 en los Estados Unidos”. O sea, ¿que no era colombiano?.
Pero no se desilusionen ya que ahora viene lo bueno. Las pesquisas de los investigadores, concretamente del señor Nick Martínez, reproducidas por el periodista Leonte Landino y basadas en los datos del gran Juan Vené y en los archivos del Manhattan College, lugar éste en donde estudió Castro, muestran un documento que puede ser considerado como “la prueba reina” de que nuestro amigo Castro era paisa.
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Se trata del registro del barco donde se da cuenta de que el jovencito Néstor Luís Castro llegó a los Estados Unidos en 1885 junto a su padre Néstor, provenientes del puerto colombiano de Aspinwall, puerto que hoy en día se conoce como Colón, Panamá. Allí aparecen los nombres de Néstor Castro de 50 años, de profesión banquero, y su hijo Nestor Luis, de 8 años.

En dicho documento se informa que Luis Castro nació en Colombia. No se señala la ciudad de origen pero los documentos del Manhattan College, donde estudió y jugó 5 años, indican que su familia estaba residenciada en Medellín, Colombia, por lo que se deduce que es esta la ciudad de nacimiento de nuestro ilustre compatriota. Ya en los Estados Unidos para recibir beneficios del estado, Castro se hizo pasar por norteamericano y cambio su nombre de Luis a Louis o Lou.
Entonces tenemos que Castro nació en Colombia en 1867 y comenzó a jugar béisbol cuando tenía 17 años en el Manhattan College durante tres años, razón por la cual hablaba el idioma ingles a la perfección. Luego estuvo en Utica en 1898, y Atlantic City en 1900, y en la Liga del Estado de Connecticut en 1901.
En el año 1902 fue firmado por los Philadelphia Athletics de la Liga Americana como segunda base, aunque fue tabulado como “utility” en la edición 1903 de la Guía Oficial Reach de la Liga Americana. Su descubridor fue el manager y dueño del club, Connie Mack, quien lo despidió rápidamente no por mal pelotero sino por su fuerte temperamento. Castro alcanzó a jugar 42 partidos y bateó .245 de average con un jonrón y 15 carreras impulsadas. Luego pasó a las ligas menores donde estuvo varias temporadas.
El gran Luis era un poco fantasioso, imaginativo y hasta “embustero». Se dice que Castro pregonaba entre sus compañeros que él era sobrino del general Cipriano Castro, presidente venezolano de la época. En otras oportunidades como que se le olvidaba y decía que era primo, e incluso hasta hijo. Como que también era “mamador de gallo” y él mismo se hacía llamar ¨El Presidente de Venezuela¨, por lo que los jugadores entre otros apodos le pusieron «Jud» o «El Conde».
De una personalidad extrovertida, constantemente fue calificado por los cronistas de ese entonces como el «payaso» del equipo. Recortes de prensa de la época dan cuenta que el 25 de agosto de 1907, el Atlanta Journal-Constitution publicó: «Es el comediante de la Liga, son famosas las miles de historias que cuenta sobre sus escapes, muchas de estas parecen ser verdad, y de no serlos al menos son divertidas».
Colombia está en mora de hacerle un reconocimiento pero por lo pronto nosotros dejamos constancia escrita de su inmenso legado. Hoy por hoy su nombre tiene un lugar destacado en el Salón de la Fama del Manhattan College, lo que ya es un buen comienzo.
Castro abrió el camino en contra de la segregación, muchísimos años antes que Jackie Robinson. Algo tenía Castro que no tuvieron los otros. Si bien fue un jugador blanco, era evidente que era un jugador diferente, y aun así tuvo un lugar en el equipo. Luis Castro fue uno de los primeros ejemplos de la integración en las Grandes Ligas.
Sin embargo, este honor no está exento de polémica. Otras investigaciones dan cuenta de un jugador nacido en La Habana llamado Chick Pedroes o Charles P. Pedroes, que consumió 6 turnos al bate para el equipo Chicago Orphans (Cubs) entre el 21 y el 22 de agosto de 1902, sin conectar de hit en dos juegos oficiales.
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Pedroes habría nacido en La Habana (Cuba) el 27 de octubre de 1869 y murió el 6 de agosto de 1927 en Chicago. Sus restos estarían en el Montrose Cemetery de Chicago (Illinois).
Otra corriente le otorga este privilegio a Esteban “Steve” Bellán, jugador nacido el 1 de octubre de 1849 en Cuba y que murió el 8 de agosto de 1932 en La Habana, quien para muchos es el verdadero primer beisbolista de origen latinoamericano en jugar en las Grandes Ligas de Béisbol en Estados Unidos. Habría debutado en mayo 9 de 1871, jugando hasta el 9 de junio de 1873, para los equipos Troy Haymakers y New York Mutuals de la National Association of Professional Base Ball Players (NABBP) o simplemente conocida como National Association, primer circuito profesional de la historia.
Bellan inició su carrera como beisbolista en la Universidad Fordham y en 3 temporadas jugó 60 juegos, bateando para 0,252 y anotando 52 carreras.
Luis Castro, con mañita, se ganó un lugar en la historia del deporte más importante de los Estados Unidos como el primer hispano (¿o el segundo, o el tercero?) que llegó a jugar pelota en las Grandes Ligas.