[Opinión] Nos vendieron: que se vayan todos

Augusto César Puello Mestre
Por Augusto César Puello Mestre  - Codirector
3 min de lectura
Colombia. / Foto: AFP

Escribo estas letras con un dolor de hincha, con dolor de aficionado pero también con la objetividad de lo que realmente pasó en la Eliminatoria. Sí, Rueda tiene gran parte de la culpa, pero toda esta debacle empezó cuando unos jugadores indignos decidieron vendernos para sacar a un técnico.

No voy a entrar en polémicas de si Pékerman les daba lo que quisieran, de si les llevaba trabajadoras sexuales a los hoteles o les facilitaba los permisos para no retornar a sus clubes una vez terminaban las jornadas Eliminatorias. Pero realmente lo que hicieron estos jugadores ante Uruguay y Ecuador, en la doble fecha en la que nos anotaron 9 goles, es despreciable.

No hace falta ver 7.000 partidos de fútbol para saber que se pararon en la cancha. Sacrificaron 6 puntos, o a lo sumo 4 o si quieren 2 para sacar a Carlos Queiroz. Un técnico con mentalidad europea, moderno futbolísticamente hablando, con un equipo de trabajo que analizaba cada recoveco del rendimiento para ayudar a tomar las mejores decisiones en competencia y en entrenamientos.

A los intocables no les gustó el cambio. Decidieron pararse en la cancha y dejar a su suerte la ilusión de millones de hinchas y, si quieren más allá, la economía de un país, con tal de volver a las convocatorias laxas, a los entrenamientos leves y a su tiempo libre en medio de cada jornada Eliminatoria.

No les alcanzaron los partidos para recomponer el camino. Como castigo divino por su falta de profesionalismo, el arco se cerró de manera nunca antes vista y demoraron casi 12 horas para poder hacer un gol. Los puntos que dejamos escapar ahora duelen como dardo en lo más profundo del alma, al hincha, al raso que se pone la camiseta y es capaz de llorar ante una pantalla le duele muchísimo más está eliminación que los indecentes que la entregaron en el terreno de juego.

Por eso, y tal vez por incapaces, por no poder recomponer lo que dañaron, deberían irse de la selección, tener la dignidad de renunciar y poder iniciar un nuevo camino de la mano de quienes realmente dejan todo por los colores y la camiseta. Se fue Catar, vendrá otro Mundial al que irán siete, sí, SIETE, de Sudamérica. En la historia quedarán unos jugadores vagos, indignos, indecentes, que rifaron la clasificación.

Capítulo aparte para los dirigentes, quienes año tras año han demostrado que poco les interesa el futuro del fútbol del país y sí de sus bolsillos. Ellos también merecen una profunda reingeniería, en un país que está contaminado de intereses particulares en todas las esferas de la sociedad.

 

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Cofundador y codirector de PrimerTiempo.CO. Comunicador social, periodista deportivo, 15 años de experiencia en medios de comunicación.