Cinco claves para entender el terrible momento de Real Cartagena

Lucho Anaya
Por Lucho Anaya - Codirector
6 min de lectura
Foto: Javier García Salcedo.

Real Cartagena es último de la B. Tiene 4 puntos de 21 disputados en siete partidos jugados. Con Óscar Passo como DT, ha jugado 13 partidos, con 8 derrotas, 2 victorias y 3 empates, con un rendimiento paupérrimo del 23,07%.

La hinchada auriverde sufre con una de las peores campañas del equipo en la historia, mientras el entrenador sigue diciendo que no va a renunciar y que va a mejorar la situación con trabajo, y la directiva calla, como si no fuera con ellos. Analizamos el presente de Real Cartagena, y estas son cinco claves para entender el por qué de la debacle auriverde.

Un equipo mal armado

Luego de ser eliminados en el primer semestre, los dirigentes y el cuerpo técnico no reforzaron las posiciones en las que Real Cartagena era débil. El equipo se armó mal: los nombres de los jugadores que llegaron no decían nada, y en su juego han demostrado que no tienen mucho que aportar. Era imperativo reforzar un ataque que había salido sin anotar en cinco de seis juegos en los cuadrangulares, y la solución de gol fue un delantero que trajeron de Centroamérica. Pareciera como si los directivos y el profe estuvieran desconectados de las necesidades del equipo.

No remplazaron al mejor jugador

No nos echemos mentiras: José David Enamorado, con todo y su individualismo, su exceso de transporte, y sus malas decisiones por momentos, era medio equipo. Enamorado se fue a Santa Fe, y Real Cartagena se quedó sin su mejor jugador, el único que jugaba diferente, y el único que se animaba a echarse el equipo al hombro cuando las cosas se complicaban. Y en Real, no se preocuparon por encontrar su remplazo. ¿Duván Mina? Ha demostrado que no llena esa ausencia.

Mantener a un técnico inexperto

A Óscar Passo le fue muy mal en los seis partidos que dirigió en los cuadrangulares: se vio timorato, inexperto, no leyó bien los juegos, no acertó en los cambios, y se equivocó en las formaciones. Al fin y al cabo eso era Passo, inexperto: se acostó siendo el asistente técnico del equipo sub-20 y se levantó al día siguiente dirigiendo el profesional. Le tocó apagar el incendio que dejó la irresponsable e inexplicada -hasta hoy- salida de Stiven Sánchez.

Terminado el primer semestre, los directivos debieron devolver a Passo a su proceso formativo, y traer a alguien de experiencia. No lo hicieron, y Passo siguió cometiendo errores en las formaciones, en la lectura de los partidos, en los cambios. Hubo juegos que se perdieron por él. Hoy el equipo carece de un liderazgo, el técnico no inspira nada en los aficionados, y el entrenador de Morales, Bolívar, se volvió una nueva versión de Nilton Bernal, justificando los malos resultados repitiendo el mismo libreto en las ruedas de prensa.

La actitud de los jugadores

No voy a individualizar nombres, ustedes hinchas de Real Cartagena que han visto los partidos saben quiénes son, y los directivos, el cuerpo técnico y los mismos futbolistas lo saben también. Hay jugadores auriverdes que caminan la cancha, que le niegan sudor a la camiseta, que están pensando en otra cosa. Jugadores que no meten la pierna, que no corren, que son espectadores de cómo los rivales superan fácilmente una defensa y anotan. Hay jugadores claramente comprometidos en los goles, en los videos de la televisión se ve la parsimonia con la que llegan a las jugadas. Y encima el público les reclama, y ellos hacen gestos a la gente.

¿Y saben qué confirma que hay un grave problema de disposición y actitud en los jugadores? El primer tiempo del partido ante Real Santander, donde los mismos jugadores salieron en otra, corriendo, atacando, presionando, sudando la camiseta, sin negar ningún esfuerzo, y fácilmente se fueron 2-0 arriba. Era otro equipo, con otra actitud. Hasta el segundo tiempo, cuando volvieron a ser los de siempre, y terminaron contra su arco.

Una directiva desconectada de la hinchada y la ciudad

En momentos así, al menos el anterior presidente Rodrigo Rendón salía y daba la cara. Uno podía cuestionarle muchísimas cosas a Rendón, pero al menos se acomodaba la cara, y salía a darse golpes de pecho, y a prometer que las cosas iban a cambiar, aunque no fuera cierto. Pero los señores de ColombiaGol, totalmente alejados del público, no salen ni a echar un embuste. Helmuth Wennin no ha dado una sola entrevista desde que compró al equipo, y Renato Damiani habla solo al inicio del campeonato.

Además, permaneciendo callados ante la pésima campaña del equipo, mandan un pésimo mensaje a la hinchada: es como si no les importara ser últimos, es como si no fuera con ellos. ¿O será que de verdad el equipo no es de ellos?

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En el periodismo desde 2010. Cofundador y codirector de PrimerTiempo.CO. Narrador deportivo. Contacto: luchoanaya@primertiempo.co.